lunes, 4 de enero de 2010


Los cuentos de hadas no existen
Almorzando años atrás, en casa mamá, yo, alrededor de siete ocho años, con una fuerte sensación, de desamor, de tristeza, desilusión... Confesando, relatando, hablando, de lo mal que me sentía, con el doble de azúcar que le mete todo niño, ella escuchaba... No opinó, no aconsejó, no alivió, solo dijo: "Cuando seas un poco más grande, te dolerán muchas cosas, te darás cuenta de cosas peores, y tendrás que empezar a descartar lo que ya no sirve" .
No lo creí y hasta sentí resignación contra perder, ¿descartar a una persona?, me negaba a que sucediera...
  • Hoy me encuentro con la realidad, EN la realidad, donde todo ya no es pequeñez, donde los problemas, ya no duran menos de 10 segundos, y donde el cuento ya no lleva apenas, paginas chiquitas, con colores, formas, dibujos y fantasía.
  • Hoy me doy cuenta, lo mal que está hacer mal las cosas, y lo bueno que es resaltar aquello que brilla, lo puro y natural de cada persona.
Afrontar, enfrentar, y aceptar, que dejar de lado lo que para nosotros es lo más preciado no es fácil, cuesta desatarnos, cuesta soltarnos, y despedirnos, cuesta arrancar eso que hubo, cuesta olvidar, cuesta perder su mirada...

Mama hoy si tengo que otra vez, darte la razón


Ayer quería conocer, saber y seguir sabiendo más de ti, dije por siempre, si pudiera volver el tiempo atrás y atorarme esas palabras lo haría...
Ayer en mi cabeza volaban miles y miles de iluciones y sueños soñados contigo...
Ya quiero arrancarlos, mejor olvidarlos.



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